Pero estás profundamente dormido, no sabes quién eres. No es que tengas que convertirte en alguien, únicamente tienes que reconocerlo, tienes que volver a tu propia fuente, tienes que mirar dentro de tí mismo.Una confrontación contigo mismo te revelará tu estado de Buda.
El día que uno llega a verse a sí mismo, toda la existencia se ilumina.
Permite que tu corazón sepa que eres perfecto. Ya sé que puede parecer presuntuoso, puede parecer muy hipotético, no puedes confiar en ello totalmente. Es natural. Pero permite que se deposite en tí como una semilla. En torno a ese hecho comenzarán a suceder muchas cosas, y sólo en torno a este hecho podrás comprender estas ideas. Son ideas inmensamente poderosas, muy pequeñas, muy condensadas, como semillas.Pero con esta visión en la mente, que eres un Buda, que eres perfecto, floreciendo, que eres potencialmente capaz de convertirte en uno, que nada falta, que todo está listo, que sólo hay que poner las cosas en el orden correcto, que es necesario ser un poco más consciente.
El tesoro está ahí. Serás un soberano, un emperador. Todo este reino es para tí y lo es por pedirlo, sólo tienes que reclamarlo. Pero no puedes reclamarlo si crees que eres un mendigo.
Esa idea de que eres un mendigo, de que eres un ignorante, de que eres un pecador, ha sido tan predicada a través de todos los tiempos que se ha convertido en una profunda hipnosis en tí.
Para romperla, comienza con este saludo: Saludo al Buda que hay en tí.
OSHO
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