Cuando hablamos de espiritualidad a veces parecemos marcianos que vivimos descolgados de la realidad de todos los días, esa en la que estás inmerso/a y que a veces te abruma, otras te euforiza, casi siempre te hace creer que necesitás "tener" para ser feliz. Esa realidad donde amás y algunas veces no sos correspondido/a, donde no te alcanza para llegar a fin de mes o pagar todas las cuentas, donde viajás de mal en peor a tu trabajo.
Quienes nos dedicamos a tratar de mostrarte otra realidad también participamos del mismo mundo que te afecta. Sufrimos, reímos y luchamos igual que vos. Pero permanecemos conscientes de que eso no es todo lo que hay, que esas en general son distracciones que nos alejan de lo más importante: nuestro despertar álmico.
Como seres de energía que atraviesan una experiencia humana, estamos aquí para aprender. Y la forma de hacerlo es conectarnos con nuestro interior, buscar ese silencio interno que nos permite abrirnos a otra realidad.
Somos parte de todo, TODO ES UNO, y como partes de la naturaleza necesitamos sumergirnos en ella, reconocernos en ella, y también en los otros seres.
Tratar de mostrarte que hay algo más que este mundo consumista no es tarea fácil, pero simplemente apelá a tus recuerdos: ¿no sentiste verdadero éxtasis al contemplar un atardecer en el mar o en la montaña? ¿no te llenó el corazón ver la sonrisa de alguien que amas?, esos son instantes de conexión que te demuestran que lo verdadero va por otro lado, no por lo que te venden los medios, ni el programa que te instalaron de pequeño/a con todos los mandatos en cuanto a crecer, reproducirse y morir. Sos mucho más que eso!.
Animate a dar un primer paso, meditá, hacé una caminata en un parque, sentate con los ojos cerrados unos minutos y escuchá los latidos de tu corazón.
La paz, la armonía, y todos esos intangibles que nos hacen falta para ser felices ya están ahí, dentro tuyo, esperando a ser re descubiertos.
Hoy, abri tus ojos a otra realidad. Animate a descubrir el todo del que formás parte.
