lunes, 22 de abril de 2013

ATRAVESAR LA ETERNIDAD

La vida es más grande que nosotros. Quién podría dudarlo. La vida es lo más grande.
Por el planeta pasaron innumerables formas de vida que sobrevivieron algunas durante millones de años; los hombres somos bastante nuevos aquí, somos el Jardín de Infantes del planeta.
Pero somos la especie que ha tenido la capacidad de modificarlo más que ninguna otra antes. Esto es debido a nuestra racionalidad, a nuestro cerebro, a la capacidad de pensar y crear.
Nuestro cerebro es tan maravilloso que nos ha permitido cosas como volar o comunicarnos instantáneamente a cualquier lugar de la Tierra.  Ha permitido avances en la medicina que han extendido nuestra posibilidad de vida duplicándola y más.
También hemos creado la guerra, la matanza inútil, abrimos la caja de Pandora y dejamos salir todos los males.
Cada uno de nuestros actos, buenos o malos, quedan registrados energéticamente en el planeta como un sello que dejamos en él y que afecta a todos los que lo habitan aún generaciones posteriormente.
Por eso es importante que tomemos consciencia de eso. Que salgamos de la inmediatez. Que así como pensamos en dejarle un legado a nuestros hijos cuando ya no estemos, pensemos también en lo que dejaremos en el mundo luego de nuestra muerte.
Pensar a futuro, saliendo de la pequeñez de nuestro propio ombligo. Pensando en grande, pensando en todos.
El cambio climático es una realidad, y si pensamos qué ocurrirá con nuestros nietos, bisnietos o más, el panorama no parece muy alentador. Pero aún estamos a tiempo de cambiar.
De cambiar para empezar a mirar un poco más lejos que el Ahora. De cambiar para ir modificando la realidad de la vida siendo protagonistas de nuestra historia. Dejando ese sello implícito como una marca de esperanza, bondad y amor.
Salgamos del egoísmo de cuidar sólo el metro que nos toca para generar un futuro brillante, para eso hay que quitarse el polvo de la comodidad, de la inercia y de la mirada miope y distorsionada que sólo ve lo que quiere ver.
_El planeta te necesita. Necesita tu fuerza, tu creatividad, tu impulso para hacerlo mejor. Empezá a imprimir sellos que atraviesen la eternidad llenos de luz, de honestidad, de amor.
Aquellos que aún no existen te lo agradecerán y reconocerán como propios ancestros que dejaron un legado de luz.

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